El pasado puente de San José lo pasamos en familia y rodeados de amigos en Caño, al lado de Cangas de Onís, Asturias. Fue un fin de semana casi ruinoso en lo fotográfico, con algún susto incluído pero estupendo en lo realmente importante, que es el poder disfrutar de la buena compañía.
Una de las pocas fotos que hice es ésta que hoy os traigo de un lugar que no puede faltar en las excursiones por la zona: Los lagos de Covadonga.
Subimos el viernes 19 a media tarde. Había una luz muy dura y con el lago Enol ni siquiera me atreví puesto que daba el sol de frente y con una intensidad considerable. A pesar del viento, me acerqué con Aimar, mi hijo mayor, hasta el borde del lago Ercina para intentar llevarme un retrato suyo. Creo que Aimar me sustituirá pronto en estas labores fotográficas, porque se le dió bien la sesión…
La verdad es que como he dicho, el viento soplaba con fuerza y hacía bastante frío, así que coloqué el trípode lo más rápido que pude y me apresuré a inmortalizar aquella bella estampa. El resultado es la foto que váis a ver ahora. Está realizada con la 5d Mk-II, con el 17-40 a 19mm, f9, 1/200 e ISO400. Alguno se extrañará de ver una foto mía en la que hay agua y no aparece con efecto seda… Sinceramente; para esta toma no me parece apropiado. De ahí el ISO400 y la velocidad de 1/200 para asegurar la captura y congelar las ondas que el viento producía en el agua…
Filtros que utilicé: Polarizador circular Hitech y degradado neutro de tres pasos Hitech.
Os dejo con ella. Bihar arte!