«Sonabia erretzen» es la única foto que he revelado de la serie realizada en el cabo Cebollero el pasado 7 de julio. Aquel día tuvimos un atardecer espectacular, de los mejores de este pasado verano, pero no pudimos aprovecharlo debidamente por falta de tiempo. Llegamos literalmente a la carrera, viendo como el color ya empezaba a desvanecerse.
Sin tiempo para respirar, colocamos los trípodes en lo alto del acantilado ya que aquel día la marea estaba bastante alta y había mala mar. Con esas condiciones uno no se la puede jugar a bajar a las rocas mas próximas al mar. Mi filosofía a ese respecto es clara: No hay foto que merezca arriesgar el tipo hasta el límite. Siempre asumimos riesgos en este tipo de fotografía, pero a mi juicio, únicamente los estrictamente necesarios…
El hecho de que el mar aparezca enfurecido nos suele complicar las largas exposiciones debido a la aparición de gran cantidad de espuma. Todo el color blanco que se genera en estas situaciones hace que haya que pisar con pies de plomo a la hora de exponer porque se crean contrastes muy fuertes y en ocasiones difíciles de equilibrar.
Con las cosas así, hicimos unas pocas fotos y nos retiramos hasta mejor ocasión. Las olas nos empaparon los filtros, así que al llegar a casa tocó limpieza intensiva del equipo. Cuando hay mala mar, esa es otra de las consecuencias… Salpicaduras y gotas molestas que te hacen estar constantemente alerta para no llegar a casa y comprobar que la mejor foto de la sesión te la ha chafado una gota enorme en el filtro!
Os dejo con la foto. Laster arte!