Esta foto le debe el título al increíble color que nos ofreció el mar aquel atardecer de verano que amenazaba tormenta. El color turquesa de aquel día no es muy habitual por nuestra costa. Hace falta que se den circunstancias especiales para poner verlo tan intensamente como en aquella ocasión.
En vista de que el cielo no tenía mucha intención de acompañarnos aquella tarde, decidí darle al mar un protagonismo más que merecido. Para acentuar ese color, utilicé el polarizador circular y el resultado me satisfizo por completo en cuanto a intensidad de color se refiere. Coger un color de mar como éste y poder combinarlo con un cielo con colores crepusculares es el sueño dorado de muchos de nosotros, pero lamentablemente, yo al menos no lo he conseguido nunca.
Os dejo con la foto. Laster arte!