El pasado mes de octubre, aproveché el puente del Pilar para visitar uno de esos bosques con encanto que tenemos en el norte. Se trata del Monte Santiago, que pese a estar en la zona de Orduña, pertenece a la vecina provincia de Burgos. Este bosque forma parte de un Parque natural que es una joya, puesto que dentro del mismo podemos encontrar la catarata en la que tiene su punto de partida el río Nervión. La única pega que le veo al parque es que tiene horario de apertura y cierre y hay muy poco sitio para aparcar, tanto dentro como en las inmediaciones, lo que hace que fotografiar en horas crepusculares se reduzca a tan solo una parte del año.
Nosotros llegamos a la hora de amanecer y nos adentramos en el bosque sin haberse levantado el sol. No tuvimos suerte de encontrar la tan codiciada niebla otoñal, pero aún así, pudimos pasar un buen rato fotografiando algunos rincones de este maravilloso lugar.
Uno de los rincones más conocidos es el que os voy a mostrar hoy, aunque la verdad es que el bosque está lleno de piedras como estas, que van formando hileras que parecen calzadas romanas. Como decía anteriormente, la niebla da mucho juego en lugares como este, pero desafortunadamente aquel día se había quedado abajo en el valle, así que tuvimos que darnos prisa y hacer las pocas fotos que hicimos antes de que los rayos de sol nos convirtieran la misión en poco menos que imposible… Como supondréis, los rayos de sol entrantes complican mucho las escenas abiertas en el bosque. Cuando aparecen, suele ser la señal para dedicarse a buscar detalles en encuadres cerrados o contraluces arriesgados, por ejemplo. Cuando hice esta foto, ya comenzaban a asomar. Pueden verse en los árboles del fondo…
Os dejo con la foto. Laster arte!
