Aquella mañana de otoño dimos un paseo por Karrantza. El amanecer no fue demasiado productivo así que decidimos acercarnos a uno de los ríos de la zona, a sabiendas de que no lo encontraríamos con demasiada agua. Hasta última hora, tuvimos una estación otoñal muy seca y los ríos a penas cargaron agua.
Pasamos un buen rato contemplando la belleza de estos rincones, pero las cascadas de mayor tamaño a penas bajaban agua, así que decidimos seguir río arriba con intención de explorarlo y comprobar si algún otro de sus rincones podría ofrecernos posibilidades fotográficas a futuro.
Durante ese recorrido encontramos un par de pequeños saltos. La foto de hoy la tomé en el primero de ellos. En el segundo no hice fotos, pues estaba bastante sucio y no encontré ningún encuadre que me motivara con tan poca agua.
Como comentaba, me detuve en el primer salto y busqué un punto de vista lo más bajo posible para poder aproximar la vista a la cascada sin perder demasiado detalle y pudiendo dejarla en la zona alta del encuadre. Con la ayuda del polarizador y de un filtro ND conseguí una velocidad de obturación lo suficientemente lenta como para obtener ese efecto seda que tanto me gusta en el agua.
Este que os presento es el resultado de aquella mañana. Algún día volveremos con más agua…