Tal y como resumía en Flickr al subirla, esta es una foto que no tiene nada y a su vez lo tiene todo… Es una foto que no entraña ningún misterio en su ejecución pero que está cargada de buenas vibraciones para mi. La hice el pasado invierno desde un alto y lo que aparece en ella es Pando, el barrio de Karrantza en el que vivieron mis antepasados maternos y en el que ahora residen varios familiares.
Una de las casas que aparece es precisamente la que sirvió como vivienda a mis abuelos maternos e incluso a mi amatxu en sus años jóvenes. Durante mi niñez, fueron muchos los fines de semana que pasé en ella y de los que guardo recuerdos imborrables. En la actualidad viven en ella una prima de mi madre con sus dos hijos, a los que mando desde aquí un fuerte abrazo, porque se que me suelen leer… Recientemente pudimos ver la casa tras los trabajos de restauración que ha gozado y volvimos a casa encantados de lo bonita que está y de como, pese a su modernización, aún conserva la esencia y el encanto de las típicas casas del valle de Karrantza.
Este otoño, en cuanto los ríos empiecen a cargar un poco de agua y los árboles cambien de color volveré por allí. Siempre digo que es un sitio que me encanta… Hay tanta belleza en Karrantza que es imposible llevársela en fotos, por muy buenas que sean… Esa atalaya que me descubrieron los primos y vecinos de Pando, ¡aún tiene que darme muchas alegrías en lo fotográfico!
Os dejo con la foto de Pando. Laster arte!