Un atardecer veraniego del mes de agosto sirvió como casi siempre de excusa para salir a hacer fotos… En aquella ocasión estuvimos en la cercana cala de El Lastrón. Esta cala nos suele dar bastante juego y la verdad es que la tenemos a un paso de casa, a escasos 15 minutos.
Para esta toma busqué una larga exposición que dejara huella de las olas en las rocas del primer plano. La marea estaba subiendo así que fue una labor relativamente fácil la de conseguir que las rocas apareciesen con ese brillo que les da la humedad.
Técnicamente no tiene misterio alguno: Diafragma cerrado, obturador abierto durante 20 segundos, focal corta y filtro degradado para contrarrestar las altas luces de la parte superior del horizonte. Lo demás, obligatorio: Trípode, cable disparador y nivel de burbuja…
Os dejo con ella. Laster arte!