La foto de hoy la hice en compañía de mi buen amigo Jose Ramos en la zona del Alto Asón, Cantabria. Escogimos una mañana a mediados del mes de mayo para visitar una zona de pradera bastante habitual para nosotros pero nos encontramos con un frío inusual para esa época del año y unos vientos muy fuertes que nos impidieron fotografiar la primera zona escogida para el amanecer. Era 18 de mayo y el termómetro del coche marcaba 1 grado.
Decidimos descender y buscar cobijo dentro de un bosque al que teníamos ganas ya que solo conocíamos una pequeña parte del mismo. La decisión fue acertada ya que encontramos una zona muy bonita con varios saltos de agua de tamaño mediano y pequeño. Puedo decir que pasé un buen rato en aquel entorno. Cualquier trozo pequeño de bosque con algunas hayas y un riachuelo es capaz de hacerme feliz fotográficamente hablando y aquel no iba a ser menos.
Una vez decidido donde plantar el trípode hice un par de fotos de prueba con distintos encuadres y tiempos de exposición. El viento movía los árboles, así que con exposiciones medianamente largas para conseguir efecto seda en la cascada era inevitable que las ramas salieran movidas. Mal menor. La toma que hoy os presento es la primera que hice tras las pruebas, con 10 segundos de exposición.
Utilicé el polarizador circular y una sensibilidad baja de ISO50 para obtener los 10 segundos mencionados. El bosque estaba bastante oscuro así que no fue necesario utilizar el ND. El resto de parámetros son los siguientes: F16 y 19mm de focal con el 17-40 de Canon.
Como anécdota de aquel día os puedo contar que mientras hacíamos estas fotos tuvimos un precioso mirlo acuático rondando por los alrededores. En ocasiones llegó incluso a meterse en los encuadres. Fue una experiencia divertida observar como jugueteaba por las piedras del río como si nuestra presencia le fuera indiferente…
Os dejo con la toma. Laster arte!