El sábado pasado estuve quince minutos en la playa de La Arnía en Liencres, Cantabria. Fue poco tiempo pero en ese breve espacio tuve la oportunidad de recorrer con la vista varios rincones del lugar que me parecieron muy atractivos para una próxima visita. Aproveché la ocasión para seguir probando el polarizador «gold ‘n blue» y comprobar que como os comentaba en anteriores ocasiones la saturación de los colores es bestial con él.
La escasa docena de fotos que hice no es que me hayan satisfecho en exceso. Llegué a una hora en la que la luz era demasiado fuerte en torno a las cuatro y media de la tarde y no pude jugar con exposiciones lentas como me suele gustar cuando me acerco al mar. Busqué algún encuadre completo en el que poder conjugar cielo, rocas y arena sin que apareciesen sombras demasiado pronunciadas, así que las alternativas a esas horas de la tarde fueron más bien escasas.
Tengo que volver pronto. Me he quedado con unas ganas tremendas. Hay unas zonas espectaculares que merecen ser fotografiadas con tiempo y a poder ser con luz crepuscular o incluso nocturna. El problema es que no me queda tan cerca de casa como Itsaslur… ¡Tendré que buscar compañía para una próxima escapada!
Os dejo con la foto. Polarizada. Muy polarizada.