Este pasado lunes día 1 de junio me acerqué al atardecer a la playa de La Arena, uno de mis lugares habituales de fotografía.
El atardecer fue muy soso así que tuve que buscarme la vida para intentar no volverme de vacío a casa. Lo curioso es que vi un cielo con posibilidades repleto de nubes al salir de casa y para cuando llegué a la playa se habían esfumado como por arte de magia. Eso me fastidió bastante, por no decir mucho…
Me aproximé a la zona derecha de la playa y caminé un rato por las piedras hasta llegar a un pequeño entrante de mar en el que decidí ubicar el trípode y desenfundar todo el equipo. Hice dos fotos. Hoy os voy a presentar la segunda de ellas, una horizontal.
Me encantó una piedra que presentaba una pequeña cavidad en la que el agua que saltaba de las olas se quedaba como si fuese un recipiente. Tuve que esperar un buen rato hasta que dejasen de llegar las olas y el agua de la piedra se calmase antes de disparar. Aproveché el tiempo para ubicarme bien y buscarle un hueco preferencial en el encuadre.
Realicé la toma con un filtro polarizador y el degradado inverso «singh ray» montados en el Sigma 10-20 a 12mm, ISO100, f11 y 15 segundos de exposición. El sol hacía un momento que se había metido por lo que se me hizo necesaria la larga exposición. Estuve los 15 segundos que duró el disparo cruzando los dedos para que no llegara una ola y me moviera el pocito y surtió efecto.
La he titulado «La Arena epel» porque he intentado acentuar los colores cálido de este atardecer. En un post futuro os presentaré a su hermana vertical destacando los tonos fríos. Hasta pronto.
